QAMASA Digital.- Cochabamba, el corazón de Bolivia y capital de los valles, atrae a miles de turistas cada año, con su clima templado, su incomparable gastronomía, sus destinos ecoturísticos, sus bebidas artesanales, sus espacios culturales y la amabilidad de su gente. Los visitantes se llevan experiencias auténticas y memorables de este lugar.
El valle central del departamento es conocido como la región de “la eterna primavera”, apropiada para el descanso, la salud y la recreación en el que destaca el ícono indiscutible, el Cristo de la Concordia, con sus 14 estaciones que llevan a los creyentes a vivir una experiencia inmersiva y de reflexión, fusionando fe, cultura y turismo.
Además, la riqueza histórica de Cochabamba se expresa en cada rincón y región, ya que el departamento custodia un invaluable legado precolombino, con patrimonios arqueológicos considerados lugares sagrados, como la fortaleza de Incallajta, las Qollcas de Cotapachi y el complejo de Inca Raqay.
Asimismo, la ruta en el valle alto logra conectar pueblos coloniales de arquitectura encantadora e histórica como Tarata, Totora, Aiquile y Arani. Recorrer sus calles empedradas es transportarse a otra época, con sus música, danzas y tradiciones.
Una ruta de sabores incomparables
Al hablar de turismo es importante destacar que Cochabamba fue designada, en 2017, como parte de la Red de Ciudades Creativas de la Unesco en Gastronomía.
Entre sus platos estrella se encuentran el emblemático pique a lo macho, el tradicional silpancho, la deliciosa sopa de maní y el exclusivo pichón, una delicia local de Cliza, dorada a la brasa.
Otros manjares como el ch’ajchu, la jak’a lawa y el ancestral p’ampaku, cocido bajo tierra, confirman por qué comer en Cochabamba es un destino turístico para los paladares exigentes.
Paraíso natural
En contraste al imponente Tunari, que alberga una variedad de climas y rutas ecoturísticas de aventura, como Laphia, Yunga Pampa o Torre Torre, el Trópico de Cochabamba, una de las regiones más lluviosas, es un santuario de biodiversidad con pluviselvas exuberantes y un clima tropical que invita a la aventura entre una amplia biodiversidad y parques temáticos.
El Parque Nacional Carrasco y el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure (Tipnis) son paraísos para el ecoturismo, el aviturismo y el trekking. Y, para los amantes de la adrenalina, los caudalosos ríos como el Ichilo y el Isiboro son escenarios ideales para practicar rafting, canotaje y kayaking.
Un Destino para Todos los Gustos
La diversidad es la mayor fortaleza de Cochabamba, ya que su oferta turística está segmentada en rutas y experiencias para cada tipo de viajero. Desde el turismo religioso, que congrega a multitudes en la festividad de la Virgen de Urkupiña, en agosto, hasta el turismo de eventos y negocios en la moderna región metropolitana, entre ellos, eventos como la Fexco, el VinoFest, Overload, Feria de Bodas, conciertos con artistas nacionales e internacionales, entre otros.
Asimismo, las Rutas del Vino en el valle alto y valle bajo, las rutas de agroturismo en La Maica, el turismo de salud, los miradores y el colchón de nubes en lo alto del majestuoso Tunari y las innumerables fiestas patronales completan un mosaico de posibilidades que hacen de este departamento un destino integral y en constante evolución. Por tanto, en su aniversario, Cochabamba celebra su historia como el corazón turístico de Bolivia.