QAMASA Digital.- La exposición pictórica que trae el Palacio Portales de la mano del artista plástico “El Renato” nos acerca a un fenómeno estético conocido como lo sublime. El pintor ha representado dos aspectos de la naturaleza que van más allá de la percepción directa de lo real y, en una combinación altamente sensible, presenta un aspecto del universo profundamente estudiado y misterioso. La masa y la luz son equivalentes.
La relación que expone en su obra pictórica está marcada por una fuerza plástica en la composición de los colores que resulta en el despliegue de espacios densos de materia, piedra, cerros, planicies, horizontes y, luego, en el fulgor y el peso de esas masas gigantes, de pronto: destellos de luz que solo logran avivar más aquellos paisajes hasta sacarlos del lugar donde parecían reposar.
Así, los cuadros que vemos en esta exposición parecen hundirse de peso y, al mismo tiempo, elevarse en fotones que ocupan la sala. Los atardeceres y/o amaneceres rebalsan de los marcos hasta destellar de extremo a extremo en el subsuelo del Portales. Los reflejos de luz irradian los perfiles cortantes de las masas de color que construyen conglomerados rítmicos, simulando estar quietos y al mismo tiempo en movimiento.
Paréntesis: La equivalencia de la masa y la luz es parte de los estudios de la física moderna que dan cuenta de una geometría que puede conjugar el espacio y el tiempo. La ecuación que explica este fenómeno es la creada por Einstein a principios del siglo XX, donde la energía de un cuerpo es igual a la masa del mismo (en reposo), por la velocidad de la luz al cuadrado (E2=MxC2). La energía, la masa y la luz en una igualdad son la forma en que la humanidad ha entrado a una nueva forma de comprender la vida y sus potencialidades de transformación.
La belleza de esta expresión física y matemática puede ser expresada también en obras de arte como la exposición de El Renato en el Portales. Luego de visitarla, uno sale con la sensación de ser testigo de cómo la naturaleza es la guardiana de la inmensidad de las fuerzas creadoras del universo y el ser humano un testigo y heredero de ellas, tensionando la inercia, pequeñez, movimiento, color y luz, en una sola vida, o en un solo cuadro. De alguna forma, somos parte de algo que nos eleva. Sublime.