La Paz, Bolivia /QAMASA Digital. – Xavier Iturralde, empresario con una firme filosofía liberal-libertaria, presentó una propuesta revolucionaria para el futuro de La Paz. Defensor incansable de los derechos fundamentales, Iturralde sostiene que la ciudad debe evolucionar hacia un modelo donde se respete la libertad individual, el derecho a la propiedad privada y, sobre todo, el derecho de cada ciudadano a decidir cómo gestionar sus propios recursos sin interferencias del Estado.
En su visión de una ciudad moderna, Iturralde subraya que las infraestructuras actuales de La Paz, basadas en diseños que datan de más de 200 años, están lejos de cumplir con las necesidades de un mundo en constante evolución. Las avenidas más importantes de la ciudad, como Mariscal Santa Cruz, Arce y 6 de Agosto, fueron concebidas a principios del siglo XX, lo que demuestra una clara desconexión entre las exigencias actuales de los paceños y la rigidez de un diseño urbano obsoleto.
Dentro de su propuesta, uno de los puntos más destacados es la eliminación de las patentes, defendiendo el derecho de cada ciudadano a disponer libremente de su propiedad. Iturralde plantea que un taxista, por ejemplo, debería tener la libertad de colocar publicidad en su vehículo sin tener que someterse a regulaciones que limitan su capacidad para obtener ingresos. «La propiedad es sagrada, y cada individuo debe tener la plena libertad de decidir qué hacer con ella», afirma Iturralde, añadiendo que la intervención del Estado en estos aspectos es un atentado contra la autonomía de las personas.
Además, el empresario aboga por la reducción de impuestos sobre las transacciones privadas, como la compra y venta de viviendas. Iturralde cuestiona que el Estado imponga impuestos adicionales a las transacciones entre privados, como el impuesto a derechos reales que se cobra cuando una persona vende una casa. «Este tipo de impuestos no solo son una intromisión en las libertades individuales, sino una forma de robo, que reduce las posibilidades de prosperar de las personas. El Estado no tiene derecho a apropiarse de lo que legítimamente pertenece a los ciudadanos», expresa.
Iturralde sostiene que el rol de la alcaldía debe ser el de facilitar el desarrollo económico, eliminando barreras que coartan la libertad de los ciudadanos para comerciar, invertir y prosperar. “El Estado no debe ser un ente supremo que dicte cómo se deben hacer las cosas. La libertad de comercio es fundamental, y los individuos deben ser libres de intercambiar bienes y servicios sin la intervención de una burocracia que solo limita el progreso», remarca.
Con una visión de futuro, Iturralde propone que La Paz deje atrás el modelo centralista y paternalista que limita el potencial de la ciudad, y apueste por un modelo de apertura y libertad, donde el emprendimiento, la inversión privada y el respeto a los derechos individuales sean los pilares sobre los que se construya la ciudad del futuro.