La Paz, Bolivia /QAMASA Digital. – Cuatro meses después del deslizamiento en la avenida Julio Téllez, los vecinos de Kenanipata, Villa San Juan, Alto Tacagua y Bajo Tacagua siguen viviendo un verdadero calvario. El camino que une al sector con la ciudad de La Paz y con El Alto permanece destruido y, pese a las promesas de la alcaldía, no han vuelto a trabajar en la zona.
El concejal paceño Javier Escalier pudo constatar el abandono y la desesperación de sus habitantes. “Los vecinos llevan cuatro meses caminando entre los escombros, con el peligro de que en cualquier momento ocurra una desgracia. La alcaldía vino solo un día, no hizo nada y nunca más volvió. Es indignante que se juegue así con la seguridad de la gente”, expresó.
El panorama es desolador: transporte interrumpido, negocios cerrados y un camino que cada vez cede más. “Yo tengo un negocio, pero como no hay paso, ya no hay clientes y no puedo abrir”, relató un vecino con evidente resignación. Otra vecina contó que a diario deben hacer trasbordos para llegar a sus hogares. “Los micros nos dejan antes del derrumbe, tenemos que caminar, cruzar la zona afectada y subirse a otro micro hacia El Alto. Eso es peligroso y cansador, sobre todo para los adultos mayores y los niños”.
Los choferes también cargan con las consecuencias. Sin ruta habilitada, deben improvisar transbordos y absorber las pérdidas. “El alcalde ni siquiera vino a ver cómo estamos. Nosotros hacemos lo posible para mantener el servicio, pero con transbordos y pérdidas económicas es imposible. Así no se puede trabajar”, lamentó un transportista.
Escalier recordó que este camino no solo conecta a Tacagua, sino también al sector donde el alcalde Iván Arias invirtió más de dos millones de bolivianos en el letrero turístico tipo Hollywood de La Paz. “Mientras se gastan millones en letreros luminosos, aquí la gente sufre.
Los vecinos tienen que caminar largas distancias, los negocios cerraron por falta de clientes y los choferes hacen malabares para no subir pasajes. La ciudad no puede vivir de maquillaje, necesita obras reales”, cuestionó.
Los vecinos coinciden en que la alcaldía se limitó a poner señalizaciones y algunos escombros para impedir la circulación de vehículos, sin encarar ninguna solución estructural. “El subalcalde promete que mañana empiezan, pero nunca cumplen. Este es un claro ejemplo del olvido municipal. Aquí no hay planificación ni responsabilidad, solo promesas incumplidas”, concluyó Escalier.