QAMASA Digital.- El 29 de junio, vale decir hace más de tres meses, el Presidente del directorio de Página Siete, Raúl Garáfulic Lehm, anunciaba al país, y a sus trabajadores, que había llegado el fin del camino de este medio de comunicación, que marcó una profunda huella de buen periodismo durante 13 años.
Sí, al país y a sus trabajadores, porque el mismo día todos quienes firmamos este pronunciamiento, además del resto de los trabajadores que permanecían en Página Siete, nos enteramos que nos quedábamos sin una fuente de ingresos y, no solo eso, también con deudas que contrajimos para pagar los salarios adeudados por hasta siete meses, que eran responsabilidad de los ejecutivos de la empresa. Lo hicimos porque hasta el último minuto creímos en lo que nos hicieron creer: que Página Siete estaba cerca de recibir un financiamiento que reimpulsaría el proyecto.
Ello, sumado a nuestro compromiso con el buen periodismo que por años se hizo desde este medio, nos llevó a mantener el sueño, aun a costa de limitar el pan que llevábamos a nuestras familias, que ahora sufren por nuestro desempleo. Lo hicimos convencidos de que era lo correcto.
Pero ahora, luego de todos estos meses de expresiones de apoyo al medio, de reflexiones y análisis sobre su importancia para la democracia, de debates sobre periodismo independiente, queremos contar el lado humano de esta experiencia de cierre, que creemos no fue de suficiente interés para las instituciones que nos representan, con alguna excepción. Y, claro, lo fue menos para la Central Obrera Boliviana que desde hace años está más preocupada en batallar por las mieles del poder que en defender los derechos de los trabajadores. Del Ministerio de Trabajo, al que acudimos con dos cartas, una de ellas dirigida a la titular Verónica Navia, no obtuvimos ninguna respuesta.
Así las cosas, nos queda compartir con la opinión pública, los trabajadores en general y en especial con los trabajadores de los medios de comunicación, los entretelones del lado oscuro de la “tormenta perfecta” que llevó al cierre de este medio de comunicación, sin pagar beneficios ni todos sus salarios a sus más de 70 trabajadores. Y eso, con los principales responsables fuera del país, como es práctica de quienes no tienen la valentía de dar la cara en el campo de batalla.
Lo hacemos porque después de haber agotado la vía de la conciliación con concesiones que cualquier empresario seguramente agradecería, nos vimos obligados a presentar una demanda laboral contra del señor Garafulic y Luna Llena, que es la empresa que publicaba Página Siete.
El 29 de junio, Garafulic difundió una carta a los lectores que tituló “el fin del camino”, en la que explicó los motivos que le llevaban a “suspender” la publicación de este periódico y anunció que otorgaría prioridad al pago de sueldos adeudados y beneficios sociales.
“Hemos decidido suspender la publicación de Página Siete desde hoy. En adelante, se seguirá estrictamente el procedimiento establecido por el Código de Comercio y la normativa legal aplicable para estos casos, el cual otorga prioridad al pago de sueldos adeudados y beneficios sociales de nuestros trabajadores, a quienes agradecemos por su compromiso y resistencia (Sic)”, escribió el Presidente del directorio.
Pues bien, transcurridos más de tres meses de la publicación y 11 desde el incumplimiento del pago de salarios, el anuncio queda sólo en eso: un anuncio. No se pagaron ni salarios ni beneficios y Garafulic nos mantuvo durante este tiempo pendientes de una negociación que supuestamente (nunca mostró documentos) llevaba en el exterior del país para vender la marca y pagar a los trabajadores.
Para conciliar, aceptamos incluso presentar nuestras cartas de renuncia con cierre a junio, cuando las reuniones con Garafulic y su administradora en La Paz continuaban hasta el mes pasado y hasta aceptamos un porcentaje y no la totalidad del pago por finiquitos y salarios adeudados. Esto en medio de sus constantes advertencias de que los procesos laborales duran años y que él apelaría y apelaría para que esto se extienda todo lo posible. Esto es aprovecharse de nuestra necesidad.
A poco del anuncio público que hizo conocimos que se encontraba fuera del país, pero no por algún asunto relacionado con Página Siete, sino por otros procesos que enfrenta, y en el camino nos enteramos que el otro representante legal, Carlos Saravia, también había dejado nuestro territorio. Primero nos informó que pidió vacación, luego que presentó su renuncia, pero en realidad ya había comenzado a desprenderse de sus responsabilidades a fines de 2022, lo que significa que conocía que esto terminaría como terminó.
Vale decir que, tanto Garafulic como Saravia, nos mantuvieron trabajando y “financiando” sus responsabilidades durante meses, lo que no condice con su anuncio público de agradecimiento al “compromiso y resistencia” de los trabajadores de Página Siete. Simplemente nos utilizó.
Y en el camino también nos enteramos de algunos otros entretelones aún peores, como que algunos trabajadores recibieron cheques sin fondo, algo que ya pasa más allá de un asunto laboral.
Frente a todo esto, nos hemos visto en la necesidad de activar un proceso laboral para exigir que se nos pague lo que por ley nos corresponde, no queremos ni un centavo más.
No buscamos hacer daño a nadie, lamentamos que Garafulic esté atravesando este momento, pero también somos conscientes de que todos debemos ser responsables de nuestras acciones. Nosotros cumplimos con nuestros contratos de trabajo y ahora exigimos que la empresa y sus responsables cumplan con su parte y apelamos a las autoridades del Ministerio de Trabajo y a la justicia laboral para que eso ocurra.
En su carta, Garafulic mencionó que hubo una “tormenta perfecta” que llevó al cierre de Página Siete y ciertamente los sucesos que menciona ocurrieron, pero también hubo este lado oscuro que debe ser conocido públicamente.
En adelante, nos representa en este proceso el abogado laboralista Álvaro Vásquez Orozco, quien responderá por el curso de este proceso. Nosotros, informaremos de las acciones que tomamos y todo lo que tenga que ver con nuestra cruzada mediante nuestras páginas en redes sociales con el nombre de “Página Siete-Extrabajadores”
Página Siete no se merecía este final, Página Siete no se merecía este tipo de trato. De todos modos, marcó historia en el periodismo boliviano y fue principalmente gracias a su capital humano desde el día de su fundación, el 24 de abril de 2010.Daniela Romero Abel Bellido
Roxana Mendoza
Anahí Cazas
Carlos Quisbert
Carlos Sánchez
Víctor Gutiérrez
Erika Segales
Fernando Chávez
Hernán Argandoña
Jorge Quispe
Jorge Soruco
Juan Quiroga
Leny Chuquimia
Luis Callisaya
Marco Belmonte
Marco Mejía
Verónica Zapana
Yolanda Mamani
Pablo Peralta
Ninoska Ríos
Juan Carlos Toro
Baldwin Montero