QAMASA Digital.- En conmemoración de los 30 años del fallecimiento de Marina Núñez del Prado (1908 – 1995), máxima referente de la escultura boliviana y latinoamericana, personal del Centro Cultural Museo Marina Núñez del Prado visitó el lugar donde descansan sus restos en el Cementerio General de La Paz y celebró un acto de homenaje y memoria.
“En un acto especial, el personal del museo recordó la trayectoria de esta artista paceña, considerada una de las escultoras más importantes de América Latina y el mundo”, según reporte del centro cultural.
Como parte del homenaje, se realizó la limpieza del espacio y la entrega de arreglos florales, en señal de respeto y gratitud hacia su legado, resguardado en el Centro Cultural Museo que lleva su nombre.
En respuesta a una solicitud realizada desde el Centro Cultural Museo Marina Núñez del Prado, el Gobierno Autónomo Municipal de La Paz atendió la petición y llevó adelante trabajos de limpieza, desyerbado, pintado y colocado de plantas en la tumba de la artista.
Nacida en La Paz en 1908, Marina desarrolló una carrera artística prolífica que la llevó a participar en exposiciones internacionales en ciudades como París, Nueva York, Madrid, Buenos Aires y Tokio. Recibió numerosos premios y distinciones y su producción la convirtió en un símbolo de la plástica latinoamericana del siglo XX.
En los últimos años de su vida, Marina Núñez del Prado residió en Lima, Perú, junto a su esposo, el músico Jorge Falcón. Allí, continuó creando y difundiendo su obra hasta su fallecimiento, el 9 de septiembre de 1995.
Cumpliendo su deseo de descansar en su tierra natal, sus restos fueron repatriados a Bolivia ese mismo año, en un proceso acompañado de homenajes oficiales y muestras de cariño popular.
Desde entonces, su tumba en el Cementerio General de La Paz se ha convertido en un lugar de memoria, donde artistas, estudiantes y ciudadanos rinden tributo a la escultora que dio al mundo un lenguaje artístico profundamente boliviano y universal a la vez.
A tres décadas de su partida, la obra de Marina Núñez del Prado inspira a nuevas generaciones y proyecta la identidad cultural de Bolivia en el mundo.
Su legado se mantiene vivo en el Centro Cultural Museo que lleva su nombre, espacio que resguarda parte importante de su producción artística y que hoy reafirma su compromiso de difundirla como patrimonio del país y de toda América Latina.